La
situación escolar de hechos no aislados de violencia, está
planteando en el momento actual, la necesidad de hacer un análisis
serio sobre las causas y consecuencias de estas conductas, para
diseñar una intervención educativa global, que a largo plazo
consiga que las relaciones humanas se vivan con criterios de
afectividad y no de violencia y a corto plazo, para propiciar una
práctica concreta de relaciones de cordialidad, respeto,
compañerismo, amistad, enamoramiento, que elimine cualquier tipo
de violencia entre las personas.
La mayoría de docentes no respetan estos códigos entre alumno y profesor ya que ellos tienen autoridad y acceden al maltrato psicológico y físico.
Sólo
en un contexto educativo que planifique la educación del alumnado
para la práctica de unas relaciones positivas, se puede intentar
colaborar a que disminuyan primero y desaparezcan después, los
comportamientos de violencia.
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